Rumania inaugura su primer hospital financiado exclusivamente por donaciones
Más de 8.000 empresas y 350.000 personas, incluyendo el grupo de música estadounidense Metallica, donaron dinero para reunir una millonaria cifra.
Un niño llamado Eric, de tan solo 15 meses y luchando contra un tumor cerebral, recorre con asombro los brillantes pasillos de un hospital pediátrico recién inaugurado en Rumania. Este hospital, el primero de su tipo en el país, ha sido financiado íntegramente por donaciones privadas, marcando un hito en un país con una infraestructura de salud obsoleta.
La asociación Daruieste Viata (Dona Vida), fundada por Oana Gheorghiu y Carmen Uscatu, fue la fuerza motriz detrás de este proyecto. Gheorghiu compartió su sorpresa ante la ola de generosidad que recibieron: «Tenemos tan poca confianza los unos en los otros, pero finalmente, los rumanos necesitamos causas que nos lleguen al corazón».
Más de 8.000 empresas y 350.000 individuos, incluido el grupo musical estadounidense Metallica, contribuyeron económicamente para recaudar 53 millones de euros. Esta cifra incluye 20 millones de euros obtenidos a través de pequeñas donaciones de entre 2 y 4 euros recolectadas mediante una campaña por SMS.
En un país donde las tasas de supervivencia de los niños con cáncer son preocupantemente bajas, alrededor del 70%, en comparación con el promedio de la Unión Europea del 81%, Gheorghiu y Uscatu decidieron actuar. Señalan una combinación de incompetencia, falta de visión y corrupción en el sistema de salud estatal.
El moderno edificio, ubicado dentro de las instalaciones de un hospital público, ofrece un entorno acogedor con salas de juegos, un cine y un observatorio astronómico en el techo, con el objetivo de alegrar la vida de los niños internados.
Eric, diagnosticado con neuroblastoma el año pasado, ha experimentado una mejoría considerable desde que comenzó su tratamiento en el nuevo hospital. Su madre, Ildiz Ivan, de 41 años, elogia el cambio radical en comparación con las antiguas instalaciones del hospital.
Los trabajadores del hospital también notan una mejora en su relación con los pacientes, que ahora es más cercana y distendida. La hematóloga Madalina Schmidt, que se mudó a Bucarest para trabajar en este nuevo entorno, destaca el cambio positivo.
Ahora, la asociación busca recaudar fondos adicionales para construir otro edificio que albergue unidades adicionales actualmente ubicadas en el antiguo hospital. Uscatu expresa su deseo de que los padres ya no tengan que buscar tratamiento en el extranjero, como ocurre actualmente.