Bukele anuncia despliegue de 6.000 efectivos para capturar pandilleros
El Salvador vive desde hace dos años bajo un estado de excepción ordenado por Bukele.
El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, ha tomado medidas contundentes en respuesta a la reciente escalada de violencia en el norte del país. Anunció el domingo el despliegue de 6.000 efectivos militares y policiales para cercar las zonas afectadas por la presencia de remanentes de pandillas, luego del trágico fallecimiento de dos personas en la región.
El mandatario, a través de sus redes sociales, informó que unos 5.000 soldados y 1.000 agentes de policía rodearon los distritos de San José Cancasque, San Antonio Los Ranchos, Potonico y San Isidro Labrador con el objetivo de desarticular por completo los grupos delictivos presentes en la zona. La decisión fue motivada por los recientes homicidios registrados en ese sector, a aproximadamente 90 kilómetros al norte de la capital, San Salvador, donde se logró la captura de dos individuos vinculados a la pandilla Barrio 18 Sureños.
Bukele enfatizó que el gobierno no escatimará esfuerzos hasta erradicar por completo la presencia de pandillas en el país, dando un mensaje claro sobre la determinación de su administración en el combate contra la delincuencia. En su cuenta oficial, compartió un video que mostraba el impresionante despliegue de las fuerzas de seguridad, así como la detención de dos sospechosos con las manos esposadas.
Por su parte, el ministro de Defensa, René Francis Merino Monroy, también se pronunció sobre la operación, describiendo el despliegue en el sur del departamento de Chalatenango. Aseguró que se llevará a cabo una limpieza completa de la zona, eliminando cualquier vestigio de pandillas que aún permanezca.
Esta medida se enmarca en el contexto de un estado de excepción que ha prevalecido en El Salvador durante los últimos dos años, bajo la administración de Bukele. Dicha situación ha sido objeto de controversia, con críticas por parte de organismos de derechos humanos que denuncian detenciones arbitrarias, torturas y muertes en prisión. Desde su implementación, se ha reportado la detención de casi 76.000 personas sin orden judicial, con más de 7.000 liberadas posteriormente por falta de pruebas.
El país centroamericano ha enfrentado durante décadas el flagelo de las pandillas, a las cuales se les atribuyen alrededor de 120.000 homicidios en casi treinta años, superando incluso las cifras de muertes durante la guerra civil que azotó al país entre 1980 y 1992. El surgimiento de estas organizaciones delictivas, originadas en las calles de Los Ángeles, Estados Unidos, ha marcado profundamente la realidad social de El Salvador, generando un clima de violencia y temor entre la población.
A pesar de los esfuerzos del gobierno por contener la violencia, las críticas sobre el régimen de excepción persisten, reflejando un debate complejo sobre las medidas necesarias para enfrentar el problema de la delincuencia organizada en el país.