Ayuno intermitente dispara riesgo de muerte cardíaca
Un estudio reveló que las personas que limitan su alimentación a menos de 8 horas tienen un 91 % más probabilidades de morir de enfermedad cardiovascular en comparación con las que comen entre 12 y 16 horas al día.
Un estudio reciente, llevado a cabo con más de 20.000 adultos, arrojó luz sobre los posibles riesgos asociados con el ayuno intermitente, una práctica alimentaria que ha ganado popularidad en los últimos años. Este régimen implica restringir la ingesta de alimentos a una ventana de tiempo específica cada día, generalmente entre 4 y 12 horas, mientras se ayuna durante el resto del día. Sin embargo, los hallazgos de esta investigación plantean interrogantes sobre la seguridad a largo plazo de esta práctica.
Los datos, obtenidos de un seguimiento realizado durante entre 8 y 17 años, revelaron que aquellos que limitaban su ingesta de alimentos a menos de 8 horas al día tenían un 91 % más de probabilidades de fallecer por enfermedades cardiovasculares en comparación con quienes mantenían un período de alimentación más prolongado, entre 12 y 16 horas diarias.
Victor Wenze Zhong, jefe de epidemiología en la Escuela de Medicina de la Universidad Jiao Tong de Shanghai, China, advierte sobre los riesgos desconocidos asociados con este régimen, señalando que aunque el ayuno intermitente ha sido promocionado como una estrategia para perder peso y mejorar la salud cardiovascular, sus efectos a largo plazo aún no están claros.
El estudio analizó los patrones dietéticos de los participantes en las Encuestas Nacionales de Examen de Salud y Nutrición (NHANES) durante un periodo de tiempo considerable, y comparó estos datos con información sobre las defunciones en los Estados Unidos entre 2003 y 2019. Los resultados mostraron que, entre aquellos con enfermedades cardiovasculares, una duración de la alimentación inferior a 10 horas al día se relacionaba con un aumento del 66 % en el riesgo de muerte por enfermedad cardíaca o accidente cerebrovascular.
Sorprendentemente, la restricción horaria no se asoció con una reducción en el riesgo general de mortalidad por cualquier causa. Además, aquellos que ayunaban durante más de 16 horas al día tenían un menor riesgo de mortalidad, especialmente entre las personas con cáncer.
«Nos sorprendió descubrir que aquellos que seguían un horario de alimentación restringido a 8 horas tenían más probabilidades de morir por enfermedades cardiovasculares», admitió Zhong. Estos hallazgos, presentados en las Sesiones Científicas 2024 sobre Estilo de Vida y Cardiometabolismo de Epidemiología y Prevención de la Asociación Americana del Corazón, subrayan la importancia de comprender completamente los posibles efectos a largo plazo del ayuno intermitente antes de adoptarlo como práctica habitual.