Vivió 117 años y comía lo mismo diario: ¿cuál era su dieta?
La dieta de esta mujer contradice lo que nos han dicho que es una alimentación saludable.
Emma Morano, una mujer extraordinaria, tuvo el privilegio de presenciar el devenir de tres siglos diferentes, desde su nacimiento el 29 de noviembre de 1899 en Italia hasta su fallecimiento en abril de 2017, convirtiéndose en la persona más longeva registrada en la historia.
Atribuía su increíble longevidad a varios factores, entre ellos, su genética, ya que tanto su madre como varias de sus hermanas vivieron hasta edades centenarias. Sin embargo, destacaba especialmente su peculiar dieta, la cual compartió en diversas ocasiones con medios de comunicación.
De acuerdo con sus propias palabras, su rutina alimentaria incluía consumir tres huevos al día, dos de ellos crudos, desde que un médico le diagnosticó anemia en su juventud. A medida que superaba los 100 años, redujo esta cantidad a dos huevos diarios, acompañados ocasionalmente por algunas galletas. Además, no faltaba en su dieta la grappa, una bebida alcohólica italiana que preparaba personalmente, añadiendo hierbas y frutas como salvia, ruda y uvas para darle sabor.
A pesar de que su alimentación parecía contradecir los estándares de una dieta equilibrada y saludable, Emma Morano gozó de una salud relativamente buena hasta su fallecimiento.
Pero no solo su dieta era particular; también su enfoque hacia la vida y las relaciones personales. Después de un matrimonio forzado que terminó en tragedia con la muerte de su bebé, decidió permanecer soltera por el resto de su vida. Esta independencia emocional, según ella misma relató, fue otro de los secretos de su longevidad. A pesar de haberse enamorado en su juventud, nunca más quiso casarse, rechazando cualquier intento de dominación o control sobre su vida.
Emma Morano, más que una centenaria, fue un símbolo de fuerza, independencia y resiliencia, cuya vida nos enseña que la longevidad no solo está ligada a los años, sino también a la actitud ante la vida y las decisiones que tomamos en el camino.