Estas son las 5 gracias que le concede su Ángel de la Guarda
El Ángel de la Guarda es el designado por Dios para proteger a una persona en específico.
Una de las creencias más importantes del catolicismo y del cristianismo es el Ángel de la Guarda, el Ángel a quien Dios designa con la tarea específica de proteger a una persona o a un grupo de personas.
Se cree que cada individuo tiene asignado su propio ángel guardián, y de ahí viene la oración al Ángel de la Guarda, una de las más famosas en Colombia y entre los creyentes más jóvenes, que dice así:
Ángel de la Guarda, mi dulce compañía,
No me desampares, ni de noche ni de día.
Hasta que me entregues, en paz y alegría
A todos los santos, Jesús, José y María.
Con tus alas me persigno y me abrazo de la cruz,
y en mi corazón me llevo al dulcísimo Jesús.
Con Dios me acuesto, con Dios me levanto,
con la Virgen María y el Espíritu Santo.
Amén.
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Pero además de la compañía, los Ángeles de la Guarda tienen la tarea de concederle a sus devotos cinco gracias de manera diaria, que han sido desglosados por los portales cristianos ‘Aciprensa’ y ‘Churchpop’, y son los siguientes:
Protegen a sus humanos en los peligros de la vida cotidiana.
Defienden contra demonios que quieren atacarlos. Intervienen en favor de sus protegidos, fortalecen la lucha y advierten contra las tentaciones. También revelan las trampas del demonio y hacen temer el mal.
Inspiran pensamientos santos en sus protegidos. Según el devoto escritor espiritual Hermas, “cuando el Ángel de la Guarda se apodera de tu corazón, ‘habla de justicia, modestia y benignidad, de amor verdadero y piedad. Cuando tales cosas se hacen sentir en tu corazón, sabe que tu santo Ángel está contigo’”.
Advierten y amonestan a sus protegidos, pues en los lugares, compañías o demás donde el peligro amenaza el alma de los creyentes, los ángeles, por su pureza, no pueden hacer compañía, así que advierten que es momento de alejarse.
Oran con y por sus protegidos, e incluso interceden ante el mismísimo Dios para pedir compasión y misericordia con sus protegidos.
Por todos estos beneficios resulta crucial mantener al Ángel de la Guarda en las oraciones diarias, independientemente de su edad, pues todas las gracias que concede son necesarias para la estabilidad del buen cristiano.