Nicaragua: excarcelan a obispo Álvarez y otros religiosos
Un total de 19 religiosos arribaron a Roma. El obispo auxiliar de Managua, Silvio Báez, señaló que ‘la dictadura sandinista criminal de Daniel Ortega no ha podido contra el poder de Dios’.
El Gobierno de Nicaragua excarceló este domingo (14.01.2024) a dos obispos católicos, entre ellos monseñor Rolando Álvarez, fuerte crítico del presidente Daniel Ortega, a 15 sacerdotes y dos seminaristas, y los envió a Roma. El obispo auxiliar de Managua, Silvio Báez, aseguró que los expatriados ya «han aterrizado en el aeropuerto de Roma y han sido acogidos por la Santa Sede».
«Hoy tenemos la alegría de poder comunicar la noticia, que es pública en todos los medios, de que esta noche fueron liberados los dos obispos: monseñor Rolando Álvarez, quien tenía más de 500 días de estar en la cárcel, y monseñor Isidoro Mora», dijo Báez desde la parroquia de Santa Agatha, en Sweetwater, el barrio nicaragüense de Miami donde desde 2019 cumple su misión pastoral, tras recibir la orden del papa Francisco de dejar Managua, por razones de seguridad.
«Lo cuento esto con profunda alegría y también para que le demos gracias al Señor. Este es el poder de la oración del pueblo de Dios. La dictadura sandinista criminal de Daniel Ortega no ha podido contra el poder de Dios», remarcó Báez. En octubre pasado, otros 12 sacerdotes fueron liberados y enviados a Roma tras un acuerdo del gobierno con el Vaticano.
Coordinación «respetuosa”
Álvarez fue detenido en agosto de 2022 y condenado en febrero pasado a 26 años de prisión. Entre los excarcelados también está el obispo Isidoro Mora y otros 15 sacerdotes detenidos en diciembre. Por medio de un comunicado, el régimen reconoció que las liberaciones ocurrieron tras un acuerdo con el Vaticano y agradeció la coordinación «respetuosa y discreta” del traslado.
En diciembre, el papa Francisco dijo que seguía «con profunda preocupación» la detención de sacerdotes en Nicaragua. La relación entre la Iglesia y el régimen se deterioró después de que Ortega acusara a sacerdotes de apoyar las protestas antigubernamentales de 2018, que consideró un intento de golpe de Estado promovido por Washington y que se saldaron, según la ONU, con más de 300 muertos.