Científicos recuperan del océano Pacífico el primer diente fósil de un megalodón
Según el estudio, el diente fósil del megalodón revela que no era una especie puramente costera y que esta especie migraba a través de cuencas oceánicas de manera similar a muchas especies modernas.
Un nuevo estudio ha documentado el primer descubrimiento in situ de un diente fósil del tiburón Megaselachus de las profundidades del mar en el Océano Pacífico.
Comúnmente conocida como megalodón, esta especie estuvo entre los tiburones más grandes que jamás habitaron nuestro planeta, pero se extinguió hace aproximadamente 3,5 millones de años.
En el verano de 2022, científicos del Ocean Exploration Trust recolectaronuna muestra geológica a más de 3 090 metros de profundidad mientras exploraban un monte submarino nunca antes explorado a unas 150 millas al sur del atolón Johnston.
La muestra, recuperada por el ROV Hercules y devuelta a bordo del buque E/V Nautilus, fue enviada al Laboratorio de Muestras Geológicas Marinas de la Universidad de Rhode Island, donde los científicos descubrieron que incluía un diente de megalodón fósil cubierto con una capa de ferromanganeso. Los resultados del estudio se han publicado ahora en Historical Biology.
Hábitos oceánicos del megalodón
Al revisar el video grabado por Hércules, los investigadores también se dieron cuenta de que el diente sobresalía visiblemente de la arena en el monte submarino antes de que el ROV lo sacara con la pala. El descubrimiento de un diente in situ en una montaña o monte submarino de las profundidades del océano ayuda a los investigadores a aprender más sobre los hábitos oceánicos del megalodón.
«Este fósil nos proporciona información importante sobre la distribución del megalodon», dijo el primer autor del estudio, Jürgen Pollerspöck, investigador de la Colección Estatal de Zoología de Baviera en Alemania.
«La muestra indica que el megalodón no era una especie puramente costera y que esta especie migraba a través de cuencas oceánicas de manera similar a muchas especies modernas, como el gran tiburón blanco»