Murió Gaston Glock, inventor de la pistola preferida por policías y delincuentes
La pistola se convirtió en un icono de policías y delincuentes. Hollywood y el hip-hop la convirtieron en un mito.
El ingeniero austríaco Gaston Glock, inventor de una pistola que revolucionó la industria de las armas por la que optaron policías, delincuentes, películas de Hollywood y grupos extremistas, falleció el miércoles a los 94 años, informó su empresa.
«A la memoria de Gaston Glock, 19.07.1929 – 27.12.23. La perfección continúa», escribió la firma, Glock GmbH, en su portal de internet, junto a una foto del empresario sobre fondo negro.
Tan discreto como célebre, el padre de la pistola semiautomática «Glock» estudió ingeniería mecánica en Viena antes de diseñar prototipos de armas.
A inicios de los años 1980, dirigía una fábrica de cuchillos y de rieles de cortinas cuando decidió responder a una licitación del ejército austriaco para modernizar sus pistolas.
En 1982 ganó la puja, presentando un arma con numerosos componentes no metálicos, más barata, ligera, fácil de desmontar y que disparaba más balas que las de sus competidores.
Su empresa, con sede en Deutsch-Wagram (noreste de Austria), se lanza a partir de entonces a la conquista del mercado mundial.
«Realmente se puede comparar a Glock, que no tenía ningún conocimiento en armamento, con Steve Jobs, que concibe el primer producto Apple en su garaje», afirmó en 2018 en una entrevista con AFP Fritz Ofner, director de un documental que constituye unas de las pocas investigaciones sobre una individualidad rodeada por la discreción («Weapon of Choice»).
Glock: un arma plebiscitada por policías y delincuentes
La pistola se convirtió en un icono de policías y delincuentes y Hollywood y el hip-hop la convirtió en mito.
Se calcula que en Estados Unidos equipa a un 80% de los policías.
Bruce Willis elogia sus ventajas en Die Hard 2 («La jungla 2: Alerta roja» o «Duro de matar 2» en el mundo iberoamericano); Tommy Lee Jones lo hace en «U.S. Marshals» y la desenfunda en películas de James Bond.
Pero el éxito tiene sus riesgos.
En 1999, un exluchador francés de catch trata de asesinarlo a martillazos en un estacionamiento.
El ataque había sido encargado por Charles Ewert, un excolaborador cercano de Glock, de quien se había distanciado por un litigio.
El magnate saldrá vivo, tras perder un litro de sangre, y tanto el agresor como Ewert fueron condenados a penas de cárcel.
En 2011, con 82 años, se divorció de su esposa Helga, con quien entabló una dura disputa judicial con millones de euros en juego.
La madre de sus tres hijos (dos varones y una mujer) quedó relegada por una colaboradora del industrial, Kathrin Tschikof, 50 años menor que él.
La última década estuvo marcada por las polémicas sobre las armas pequeñas, que no solo tienen la preferencia de las fuerzas de seguridad.
El neonazi noruego Anders Behring Breivik usó una de esas pistolas para matar a 69 participantes en un campamento de jóvenes laboristas en la isla de Utoya en 2011.
El exdictador iraquí Sadam Husein tenía una Glock cuando las tropas estadounidenses lo capturaron y la organización Estado Islámico las enarbola en sus videos de propaganda.
Gaston Glock perdió un juicio contra Amnistía Internacional, que había llamado la atención sobre la circulación de sus pistolas en las filas de la rebelión sudanesa.
El millonario invirtió también en el sector ecuestre, abriendo un vasto complejo en el sur de Austria.
Por el «Glock horse performance center» desfilan celebridades y políticos, entre ellos tres ministros miembros del partido de extrema derecha FPÖ.
El industrial desmintió sin embargo haber financiado secretamente a esa formación, como llegó a afirmarlo uno de sus exdirigentes.