Familia tiene casi cinco años de desconocer el paradero de un exagente del OIJ
A Luis Alberto Campos Zamora, de 65 años, su familia le perdió el rastro desde el jueves 7 de febrero del 2019.
Dentro de muy poco se van a cumplir cinco años de la desaparición del exagente del OIJ, Luis Alberto Campos Zamora, de 65 años, a quien su familia le perdió el rastro el jueves 7 de febrero del 2019 y aún siguen sin saber nada del hombre.
Son más de 2450 días los que han pasado para los familiares de don Luis, quienes viven en medio de la angustia, incertidumbre y tristeza, según relató doña Patricia Campos, hermana del desaparecido al medio La Teja.
Doña Patricia, contó que su familia se siente atormentada de no poder saber qué ocurrió con él, porque las investigaciones nunca llegaron a nada.
“Estamos igual que el primer día, no sabemos nada, no hay ninguna pista, nadie sabe nada. Cuando yo veo en los periódicos, de casos de personas desaparecidas, siempre comento en las redes sociales por si alguien se acuerda del caso de mi hermano, también cuando los encuentran vivos o muertos me alegro porque este sentimiento, con el que nosotros vivimos, yo no se la deseo a nadie”, expresó Campos al medio.
Asimismo, la hermana del exagente del OIJ, quien se había ido a vivir a Estados Unidos y tenía poco tiempo de haber regresado porque su madre, doña María Luisa, padecía de Alzheimer, expresó que el día de la desaparición su hermano había ido de Desamparados a Guápiles para hacerse un tratamiento dental que un amigo le había recomendado.
“A él lo atendieron, se ve en las cámaras, luego se fue a una soda, ahí él comió, hasta compró comida para llevar, suponemos que para mi hermana, porque eran unos sándwiches. Llamó a mi hermana y le dijo que estaba muy contento, que el trabajo dental le quedó muy bien y que ya iba para la casa. El OIJ verificó todo eso, eso fue jueves, el viernes ya sabíamos que no regresó”, agregó Campos.
Según contó la angustiada hermana, su familia interpuso la denuncia el martes siguiente, y fue cuando el OIJ inició con las investigaciones.
En a apariencia el día de la desaparición de don Luis, él andaba una jacket que dejó olvidada en la soda y la gente lo llamó y él se devolvió a recogerla.
“Mi hermano salió de la soda y se fue a una parada de taxis que estaba muy cerca. El OIJ nos llamó, porque nosotros fuimos a buscarlo al Zurquí, y nos vamos a la oficina de Guápiles donde nos dicen: ‘Su hermano se montó en un taxi rojo, no vimos dónde se montó, pero lo vimos hablando con el taxista y cuando la cámara se regresó, vimos una persona dentro del taxi’”, expresó a LT la mujer.
Doña Patricia asegura que ella y su familia tenían la esperanza de que el taxista tuviese informaron de su hermano, pero la situación no fue así.
“El taxista solo dice que no se acuerda de mi hermano. Después de muchas cosas que pasaron, nosotros fuimos a muchos lugares hasta peligrosos, hablamos con choferes de bus, anduvimos en el Zurquí y hasta contactamos un Uber que mi hermano agarró cuando él se fue de la casa para San José, pero nada”, agregó.
La mujer también expresó que ellos como familia le solicitaron al OIJ que investigara al taxista y al conductor de Uber, pero que la respuesta que obtuvieron fue desalentadora.
“En el OIJ se burlaron de mí, el investigador me dijo que mi hermano andaba en la playa con una macha y que los amigos lo conocían más que yo, una falta de respeto, cuando hablaba con ese agente era como si se estuviera burlando de nosotros, yo lo acuse en la Inspección Judicial, pero al final no pasó nada. Me dijo que el taxista no estaba obligado a nada”, relató la mujer.
Según contó la hermana de don Luis, el exagente del OIJ tenía 40 años de vivir en Estados Unidos y estaba a punto de pensionarse.
“Mi mamá murió cuatro meses después de que mi hermano desapareció, fueron dos golpes seguidos. Mi hermano solo la vio un poco bien un día y hasta se tomaron una foto.
“Cuando mami ya estaba muy mal, mi hermana le puso un audio viejo de mi hermano y le dijo que Luis estaba muy bien y a mami le bajaban las lágrimas, al día siguiente murió”, comentó.
“Por la muerte de mami le escribíamos por Facebook y WhatsApp, le mandamos hasta una foto de la cajita de mami, él no iba a soportar eso, él jamás hubiera faltado si estaba vivo. Teníamos un grupo de WhatsApp de hermanos y un día Luis salió del grupo, alguien manipuló el teléfono, eso fue hace rato”, agregó.
Con respecto a las investigaciones del OIJ, asegura que hace tres años les avisaron que aparecieron unos restos, pero estos no eran los de su hermano.
“Nosotros estábamos felices, porque queremos saber algo, que apareciera un dedo por lo menos para poder saber qué pasó, pero nos preguntan que si mi hermano tenía tatuajes, entonces no eran restos, era un cuerpo, y estas cosas solo nos causaban desilusión”, mencionó al medio.
Doña Patricia, también le contó al medio que un amigo de la familia les ayudó y se dio cuenta de que se había activado el celular de don Luis y que la señal se ubicaba en una cuartería, y a pesar de que le dieron aviso al OIJ, nunca les contestaban.
“Mi hermano dejó los pasaportes, sus tres hijos en Estados Unidos nunca supieron nada tampoco, mi hermano dejó una plata en la casa de mi mamá, luego se lo devolvimos a la familia. Nosotros lo único que sabemos es que él se subió al taxi y luego de eso nada”.
“En algún momento nos dijeron que tal vez se bajó en el Zurquí a orinar y se cayó, pero el chofer del bus hubiera dicho que por lo menos lo bajó, mi hermano tampoco tenía depresión, estaba lleno de planes”, expresó Campos al medio.
Cabe destacar que la investigación por este caso continua abierta, por lo que la familia solicita que cualquier información que se tenga sea dada conocer al teléfono 800-8000-645, ya que no pierden la esperanza de dar con información sobre don Luis.
“Él era un hermano que siempre estaba pendiente de todos, siempre presente y por eso todo esto ha sido tan duro, nosotros queremos que cualquier persona que sepa algo se toque el corazón y que no tenga miedo de hablar, han pasado ya muchos años, pero nosotros vivimos su ausencia día a día”, concluyó doña Patricia.