Exsuegro le pidió desalojar su casa y ella la demolió: ‘Mandé a derrumbarla porque fue mi esfuerzo’
«Tengo audios donde el propio papá le dice a mi hijo: ‘Estoy esperando que ustedes salgan, tienen que entregar el terreno’. No le dice a mi hijo en ningún momento: ‘Hijo, ustedes quédense, yo les voy a criar'».
Yumiko Ramírez, una mujer del distrito de Chancay, en Perú, mandó a demoler su casa de tres pisos luego de que su exsuegro le pidiera desalojarla.
La vivienda en la que residía Yumiko, junto a sus cuatro hijos, fue construida en terrenos pertenecientes a su exsuegro, pero edificada gracias a los ahorros de ella.
«El terreno es de mi exsuegro que empezó a construir un cuartito con un préstamo del Banco de Materiales cuando toda esta zona era cerro, y luego yo me caso con su hijo —Ricardo Vega— y construimos al costado», explicó la mujer a La República.
El desalojo
Aunque Yumiko sigue legalmente casada por el civil con Ricardo, el matrimonio se separó hace más de ocho años, cuando él la abandonó a ella y a sus hijos para irse con otra mujer.
«Él vive al otro lado del pueblo con su mujer y sus hijos. Yo he tenido que hacerle una demanda para que pase dinero a mis hijos, desde hace ocho años que nos dejó y si ahora pasa (dinero) es porque la justicia le obliga», detalló.
El padre de Ricardo Vega le solicitó al Poder Judicial que Yumiko Ramírez desalojara el inmueble, sin importar en qué situación quedarían los hijos del matrimonio.
«Yo mandé a derrumbarla porque fue mi esfuerzo»
«Yo mandé a derrumbarla porque fue mi esfuerzo, me sacrifiqué por años. Tengo bastantes pruebas sobre el tema de mis hijos cuando el abuelo decide desalojarme», contó la mujer al medio local.
«Tengo audios donde el propio papá le dice a mi hijo: ‘Estoy esperando que ustedes salgan, tienen que entregar el terreno’. No le dice a mi hijo en ningún momento: ‘Hijo, ustedes quédense, yo les voy a criar'», aseguró Yumiko.
Tras la solicitud de desalojo y posterior demolición de la vivienda, la mujer se mudó con sus hijos a la casa de su mamá, donde están viviendo en un pequeño cuarto, mientras el mayor de sus hijos está en Lima debido a sus estudios.
«Pido ayuda para volver a tener mi negocio y poder trabajar porque necesito. Yo me dedico a la cocina y no puedo usar mis cosas del restaurante porque están amontonadas en la casa derrumbada. Lo que me pasa mi expareja no me alcanza, porque mi hijo de 20 años está en la universidad», finalizó.