Una casa rosada con emoticones generó una inusual pelea entre vecinos
La propietaria de la vivienda dice que hizo el cambio con la intención de animar el barrio, pero sus vecinos aducen que detrás de las imágenes hay un mensaje ofensivo.
Una casa pintada de rosado y decorada con dos emoticones gigantes ha provocado una inusual disputa entre vecinos de la pequeña localidad de Manhattan Beach, al sur de Los Ángeles.
Un grupo de residentes acusa a Kathryn Kidd, propietaria del predio, de lanzar indirectas y hasta un mensaje ofensivo contra ciertos miembros de la comunidad, hecho que la mujer ha negado tajantemente.
El problema comenzó cuando Kidd decidió colocar su vivienda en el circuito de AirBnB (alquiles de alojamiento para turistas), algo vedado por las autoridades de Manhattan Beach, que hace unos años decidieron prohibir el alquiler de viviendas por menos de 30 días.
Controversial pink #EmojiHouse in Manhattan Beach. Neighbors believe it’s “retaliation” after reporting the illegal short-term rental to the city. Property owner, Kathryn Kidd, says she paid the $4000 fine and turned it into a legal longterm rental. Kidd says it’s art. @NBCLA pic.twitter.com/4mjM6eiU7q
— Gene Kang (@GeneKangTV) August 3, 2019
La mujer fue denunciada ante los servicios municipales por un grupo de vecinos y sentenciada en mayo pasado a pagar una multa de 4.000 dólares.
Semanas después, la casa de la discordia fue pintada de rosa y su fachada decorada con dos grandes emoticones amarillos: uno pone los ojos en blanco, con la lengua colgando, como si se tratara de una persona que está delirando; el otro tiene la boca cerrada por un cierre.
Un detalle que no ha pasado por alto es que ambos emoticones tienen enormes pestañas postizas, algo que no ha pasado desapercibido por los vecinos, en especial por Susan Wieland, que forma parte del grupo de residentes que denunció a Kidd, quien se siente particularmente aludida.
Kathryn Kidd ha negado cualquier intención de ofender a sus vecinos y, todo lo contrario, aseguró a la prensa local -muy interesada en el caso- que pintó su casa con la intención de animar el barrio.
“Acá todo el mundo está triste, deprimido, siempre están preocupados por los asuntos de los demás. Quería enviar un mensaje de alegría, colorido y positivo”, dijo al portal Easy Reader News, negando que hubiera pretendido representar a Susan Wieland.
Sin embargo, el caso está lejos de quedar en lo anecdótico. Esta semana, varios vecinos se han juntado para presentar el asunto ante el ayuntamiento para exigir que la fachada de la casa sea nuevamente pintada en tonos más neutros.
Las autoridades locales analizarán las normas urbanísticas vigentes para determinar si la demanda es viable. (Con información de AFP)