¿Revolución en la medicina? Nacen ratones de 2 padres machos
Los roedores nacieron de un óvulo que fue creado genéticamente a partir de células masculinas. El científico a cargo del experimento espera que pueda replicarse en humanos en la próxima década.
A inicios de marzo, un equipo de científicos japoneses anunció un inédito logro en el campo de la genética: crearon por primera vez unos ratones sanos cuyos dos padres biológicos eran machos. Sí, tal como lo lee: las crías que nacieron no llevaban el ADN de ningún roedor femenino, sino únicamente de dos ejemplares masculinos.
El experimento dio mucho que hablar en la comunidad científica porque, a diferencia de un experimento similar llevado a cabo en 2018 en el que las crías resultantes solo vivieron un día, estos roedores no solo nacieron saludables, sino que crecieron hasta ser adultos y llegaron a tener descendencia con normalidad.
Katsuhiko Hayashi, genetista de la Universidad de Osaka y principal autor de la investigación, inició su estudio con la intención de que algún día este procedimiento experimental pueda ayudar a personas con infertilidad a tener hijos.
Sin embargo, tras la exitosa hazaña, Hayashi anunció a la prensa internacional que “en una década” la tecnología podría estar disponible para su aplicación en humanos, haciendo viable, por ejemplo, que dos hombres se conviertan en padres biológicos de un bebé. ¿Será posible?
Convertir células masculinas en óvulos
El experimento de reproducción artificial de estos roedores inició con células extraídas de la piel de dos ratones macho adultos, explican los científicos japoneses en su estudio, publicado en la revista Nature.
Dichas unidades fueron reprogramadas genéticamente en el laboratorio para que se conviertan en un tipo de células madre llamadas células madre pluripotentes inducidas (iPS).
Estas células son especiales cuando provienen de un ratón macho, ya que, al cultivarse durante mucho tiempo, algunas de ellas suelen perder espontáneamente su cromosoma sexual Y, el cual determina el género masculino en los mamíferos.
Sabiendo ello, Hayashi y su equipo seleccionaron las células madre carentes del cromosoma Y; posteriormente, esperaron otro proceso natural —aunque también infrecuente— que ocurre en estas estructuras tras otro largo periodo de cultivo: la duplicación del cromosoma X. De esa forma, consiguieron células madre con cromosomas sexuales femeninos (XX).
Finalmente, estas células madre fueron inducidas genéticamente para que se conviertan en óvulos capaces de ser fecundados.
Tras muchos intentos de fertilizar los óvulos dentro de un organoide que imitaba las condiciones del ovario de un roedor, se obtuvo 630 embriones que fueron implantados en distintas hembras. Solo siete de estos animales dieron lugar a crías sanas.
¿Podría replicarse en humanos?
Pese a que este experimento sin duda es un gran logro en la genética, lo cierto es que su aplicación en humanos todavía se encuentra a muchos años de investigación de ser posible, afirman diversos científicos.
Lluis Montoliu, biólogo e investigador del Centro Nacional de Biotecnología en la Universidad Autónoma de Madrid, sostiene que este procedimiento “es altamente ineficiente y solo es posible técnicamente en ratones”, escribe en el blog científico Naukas.
¿El motivo principal? Las bajas probabilidades de éxito en cada etapa del proceso, ya sea cuando las células madre pierden el cromosoma Y que determina el sexo masculino, así como durante el éxito de la fertilización de los óvulos y el nacimiento de una cría sana.
En tanto, para Amander Clark, profesor de la Universidad de California (EE. UU.) que trabaja con gametos cultivados en laboratorio, trasladar el trabajo a células humanas sería un «gran salto», ya que todavía se tienen que crear óvulos humanos cultivados en laboratorio a partir de células femeninas.