Exministra de Comunicación: “Nunca fui fan del presidente, mi labor no era aplaudirle”
Patricia Navarro Molina rompió el silencio y reveló las razones por las que salió del gobierno.
El mandatario Rodrigo Chaves Robles destituyó el viernes anterior a la jerarca de Comunicación Patricia Navarro Molina. Así lo dio a conocer Casa Presidencial en un escueto comunicado en el que no se expuso las razones de la decisión.
“El presidente de la República, Rodrigo Chaves Robles, decidió prescindir de los servicios de Patricia Navarro-Molina como ministra de Comunicación a partir de este viernes 2 de septiembre. La destitución de Navarro-Molina se toma bajo Acuerdo Ejecutivo con efectos inmediatos”, indica el documento.
“Presidencia agradece a la señora Patricia Navarro-Molina su tiempo dedicado al servicio del país y le desea los mayores éxitos en sus proyectos futuros”, agrega el comunicado.
Este domingo la exministra Navarro decidió romper el silencio y explicar los motivos por los que salió del gobierno.
Por medio de una publicación en su perfil de Facebook, Navarro, aseguró que su labor fue “responsable y honesta” y dejó claro que ella sí fue una ministra-estratega.
Este es el mensaje íntegro de la exjerarca:
“Detrás de todo lo que hizo el Ministerio de Comunicación en estos 117 días, además de responder a un plan estratégico de comunicación bien pensado, hay un gran equipo de profesionales y estrategas: un director de prensa extraordinario, un creativo talentosísimo, diseñadores gráficos, productores audiovisuales, periodistas y una ministra de Comunicación que supo guiar y ejecutar armoniosa y contundentemente”.
“A mi nadie me movió los hilos… Ni Pilar Cisneros, ni asesores externos, ni agencias de comunicación fueron contratadas. Todo fue cosecha de personal del Ministerio, seleccionado por mí por su gran talento y calidad humana. Todos, absolutamente todos, fuimos los artífices de la popularidad del actual presidente y de la comunicación efectiva”.
“Más allá de preferencias político-partidistas, todos trabajamos cumpliendo una labor comunicativa responsable y honesta, para generar productos comunicativos sencillos, comprensibles y de gran calidad. Y todos merecen el crédito por ello”.
“También hubo gran coordinación y trabajo en equipo con ministros y jerarcas, así como con oficinas de prensa de las instituciones”.
“Nada fue improvisado, nada se hizo al azar”.
“Pese a eso, hoy mi prestigio se ha pisoteado y se quiere enlodar mi imagen y afectar mi dignidad. Soy una profesional preparada; una académica que está más allá de la comunicación, pero que sabe de ella, que la ha estudiado y practicado. Soy una mujer sensible que ha puesto y seguirá poniendo al ser humano como eje de la comunicación”.
“Las razones de mi salida solo el presidente las sabrá, pero lo que propios y extraños se preguntan es ¿por qué separar a una ministra que estaba cosechando frutos para el gobierno?”
“Sé que hice una labor digna y profesional, que jamás irrespeté a la prensa, que siempre tuve las puertas abiertas para todos y todas las comunicadoras respetuosas. Que jamás insulté ni a comunicadores ni a nadie”.
“Por el contrario, con el fin de tratar dignamente a los trabajadores de la prensa y en vista de la falta de presupuesto, pagué de mi propio bolsillo los bocadillos que en las 15 conferencias de prensa, posteriores al Consejo de Gobierno, se ofrecieron. No fue el presidente quien los pagó, como dijo en algún momento un medio”.
“También de mi propio salario de ₡1,300,000 -y no de ₡2,600,000 como dicen que ganaba-, compré bocadillos, vasos, platos y cucharas desechables para actividades de prensa”.
“Hoy, desde la tranquilidad de mi hogar, lejos de las carreras del Ministerio de Comunicación, hago un balance que resultó muy positivo en lo profesional”.
“En lo personal he de decir que jamás comulgué con la expresiones o actitudes del presidente hacia la prensa y hacia los comunicadores. Y si bien algunos pocos comunicadores dejan muy mal parada a la profesión en su ejercicio profesional, jamás hubo de mi parte complacencia por los epítetos manifestados”.
“Nunca fui fan del presidente, pues mi labor no era aplaudirle ni ser la yes-woman. Como una estratega tomé distancia, observé, aconsejé y establecimos tácticas y estrategias comunicativas que se aplicaron en conferencias, producciones audiovisuales y redes sociales”.
“Nunca violenté la libertad de prensa, nunca incumplí con la ética profesional. Quien lo afirme miente. Quienes dicen que no hice nada, posiblemente lo afirmen desde el desconocimiento o del odio. A ellos les digo: están equivocados”.
“Dejo el cargo muy satisfecha como profesional y como persona. Yo si fui la ministra-estratega”.