¿Le falla la memoria? Aquí tiene varios trucos para mejorarla y mantenerla
El neurólogo Richard Restak aporta una serie de trucos con los que se puede mejorar y mantener la memoria a pesar del paso del tiempo.
La pérdida de memoria se caracteriza por la aparición de pequeños despistes, la dificultad para acordarse de sucesos del pasado u olvidos inusuales. El responsable de estos problemas es el envejecimiento del cerebro y la aparición de enfermedades como el Alzheimer, la demencia o los Cuerpos de Lewy. Los fallos de memoria se deben a muchas causas y son estas las que determinarán si son reversibles o no.
En el caso de las enfermedades anteriormente nombradas no será posible, pero hay que tener en cuenta que no son las únicas. La falta de vitamina B12, los efectos secundarios de algún medicamento, el consumo de alcohol y de drogas, el hipotiroidismo, así como el estrés, la ansiedad o la depresión son factores que nos alteran y producen lapsus de memoria.
En este sentido, el neurocientífico Richard Restak defiende que este deterioro puede ser evitable o, al menos, puede ralentizar su aparición. Restak, que también es profesor de la escuela de Medicina y Salud del Hospital Universitario George Washington (Estados Unidos), ha publicado recientemente el último de sus más de 20 libros sobre la memoria: ‘The Complete Guide to Memory: The Science of Strengthening Your Mind’.
Los 7 trucos para mejorar la memoria
El científico sostiene en el libro que hay siete trucos o herramientas que se pueden llevar a cabo para mejorar y mantener una memoria saludable. Entre ellos hay ejercicios mentales, cambios en la dieta o los hábitos de sueño. Pero veamos uno por uno los siete enunciados que propone Restak.
El primero de ellos pasa por prestar más atención, ya que, según el científico, algunos aparentes problemas de memoria se deben a que no se dio el interés adecuado a la hora de escuchar la información nueva que hay que retener, lo que impide que la memoria lo codifique. Visualizar la palabra en la mente al escucharla, puede ser una buena alternativa. Está demostrado que los juegos de cartas, el ajedrez o el dominó son muy beneficiosos para la memoria.
En este sentido, Restak recomienda uno en el que un participante piensa en un objeto, persona o lugar, y los demás deben averiguarlo usando 20 preguntas de sí o no por turnos. Para ganar es imprescindible acordarse de las respuestas y para eso hay que ejercitar, más si cabe, la memoria.
Asimismo, hay muchos ejercicios de memoria que se pueden integrar en nuestra vida cotidiana. Estos pasan por redactar una lista de la compra y memorizarla para que, al ir al supermercado, hacerlo de memoria, evitando mirar el papel. También se pueden memorizar recetas y rutas mientras se conduce, evitando usar el GPS.
El desarrollo de la tecnología ha facilitado (y mucho) nuestra vida en las últimas décadas. Sin embargo, estos avances han perjudicado seriamente a nuestra memoria. Guardar todo en nuestro teléfono celular hace que no nos esforcemos en recordar ni un simple número de teléfono.
Es lo que se conoce como la ‘distorsión tecnológica’ ya que no nos esforzamos en recordar esa información nueva que recibimos porque la tecnología ya lo hace por nosotros. Además, estos dispositivos crean adicción y, por tanto, distraen nuestra atención continuamente en la tarea en la que debemos estar concentrados. Es la ‘distracción tecnológica’.
El estado emocional afecta a la memoria
Otra opción es leer novelas de ficción, ya que requieren un estado de atención activo, es decir, uno debe recordar lo que pasó anteriormente si quiere entender lo que pasa en el resto de la historia. El estado emocional afecta al tipo de recuerdos que una persona rememora.
Por este motivo, si alguien sufre una depresión o padece ansiedad o estrés va a recordar cosas tristes o que le ponen más nervioso aún. En este caso, ponerse en manos de profesionales de salud mental es fundamental para lograr una mejora de la memoria.
Por último, es necesario tener en cuenta que no todas las lagunas de memoria son óbice de un problema. Dentro de los límites normales del despiste entran fallos como no recordar el número de la habitación donde nos alojamos o donde hemos dejado el carro en un parqueo. Sin embargo, si es preocupante si no nos acordamos cómo hemos llegado a esos lugares o no recordamos la dirección de nuestra propia casa. En estos casos, es mejor acudir a un profesional.
*Con información de ACV de El Confidencial.