Hong Kong afronta desbordada su peor brote de coronavirus
Decenas de pacientes de edad avanzada yacen a la intempérie en el Centro Médico de Cáritas.
Protegidos con mantas térmicas y varias capas de ropa, decenas de pacientes de edad avanzada yacen desde el miércoles a la intemperie en camas hospitalarias fuera del Centro Médico de Cáritas en Hong Kong. En el interior del edificio, la situación no es mucho mejor, con salas atestadas y el personal agotado tras jornadas maratonianas. “Estamos en modo batalla”, reconoce David Chan, presidente interino de la Alianza de Empleados de la Autoridad Hospitalaria.
Desde que estalló la pandemia, la excolonia británica había sido capaz de evitar este tipo de escenas gracias a su estricta política de covid cero, con la que apenas sumó 12.000 infectados y 200 fallecidos entre sus 7,5 millones de habitantes. Pero desde que la variante ómicron se coló en el territorio a principios de año, el número de positivos se ha disparado: ayer sumó otros 6.116 casos nuevos (el global ya asciende a 37.000), y se estima que en marzo podrían registrar hasta 28.000 diarios.
El resultado es un sistema sanitario sobrepasado. La tasa de ocupación de las plazas para enfermos de covid es superior al 90%, crece el número de contagios entre el personal sanitario y hay dificultades para rastrear las infecciones y aislar a los enfermos, con hasta 12.000 positivos aguardando su admisión. La situación es particularmente preocupante entre los ancianos: tan solo un 56% de los mayores de 70 años está vacunado, un fenómeno que se achaca a la falsa sensación de seguridad que les daba la ausencia de casos y el miedo a los posibles efectos adversos del pinchazo.
La ocupación supera el 90%, crece el contagio entre los sanitarios y es difícil rastrear y aislar a los enfermos
Ante los problemas para controlar el brote, el Ejecutivo local pidió la colaboración de Pekín. En una reunión celebrada el fin de semana, el Gobierno central se comprometió a proporcionar más medios para las tareas de pruebas y rastreo, la construcción de nuevas infraestructuras y asegurar el flujo de suministros médicos y comida fresca, de la que ha habido cierta escasez.
Desde ese encuentro, el Gabinete local ha anunciado su intención de poner unas 3.000 viviendas de protección oficial y hasta 10.000 habitaciones de hotel a disposición de las autoridades sanitarias para aislar a los enfermos y los posibles positivos, así como su intención de levantar un hospital provisional en un lugar todavía por decidir. Además, ha reclutado una flota de 300 taxis a tiempo completo para trasladar a los enfermos, y ya han recibido 100 millones de kits de pruebas rápidas para distribuir en las residencias de ancianos y otros espacios. El jueves, varios medios planteaban la opción de un posible testeo masivo de toda la población, algo todavía sin confirmar.
Sin embargo, el anuncio de esas medidas no les está librando de agrias críticas por su falta de previsión. “Tenemos problemas cada vez que hay una oleada de gripe. Ahora, con una enfermedad que es más transmisible y grave y que requiere la cuarentena del personal expuesto, los hospitales de Hong Kong son castillos de arena ante un tsunami”, se quejó Siddharth Sridhar, microbiólogo de la Universidad de Hong Kong.
El Gobierno local ha pedido ayuda a Pekín, y algunos temen que se decrete un confinamiento total
Mientras, la evolución de la crisis es seguida muy de cerca por Pekín. El miércoles, el presidente Xi Jinping urgió a no escatimar esfuerzos ni recursos para controlar el brote. Por su parte, el Gobierno local aseguró seguir comprometido con la política de covid cero, pero que por ahora descarta decretar un confinamiento total como los vistos en China continental. Aun así, en la ciudad muchos temen que al final adopten esa medida para frenar la ola y contentar al Gobierno central.