En un acto de “fraternidad”, el Papa lava y besa los pies de 12 delincuentes presos
El sumo pontífice se sigue saliendo del protocolo y ha convertido este acto en algo tradicional de su accionar.
El líder de la Iglesia Católica, el Papa Francisco, celebró por quinta vez una misa del Jueves Santo en una prisión, lugar en el que lavó los pies de 12 detenidos, en Roma, en un gesto de «fraternidad» y «servicio».
Papa es muy querido en donde vaya
El sumo pontífice fue muy ovacionado al llegar al lugar por al menos unos 200 detenidos de la prisión de Velletri, en los suburbios del sudeste de Roma, que cuenta en total cerca de 600 prisioneros y 200 vigilantes.
Después de una breve homilía improvisada, el Papa de 82 años se arrodilló, ayudado por dos asistentes, para lavar y besar los pies de 12 detenidos (nueve italianos, un brasileño, un marfileño y un marroquí).
Un acto de paz y fraternidad
El papa recordó que se trataba de un gesto antaño reservado a los «esclavos» para recibir al visitante que llegaba a la casa. Aconsejó a todos los detenidos a repetir entre ellos este gesto de «fraternidad», que hoy también efectúan los obispos.
«Cada uno debe ser servidor de los otros, el mayor tiene que servir al más pequeño», afirmó, insistiendo en que se abandone «el gesto de dominar, hacer daño, humillar a los otros».
Acto de tradición cristiana
En la tradición cristiana, el Jueves Santo conmemora el día en que Cristo lava los pies a los apóstoles e establece la eucaristía en su última cena. El ritual fue perpetuado en el cristianismo, excepto en algunas ramas de protestantismo.
Desde el inicio de su pontificado, el papa Francisco decidió llevar esta celebración fuera del Vaticano. En otras ocasiones, el pontífice argentino visitó una cárcel de menores o un centro de detención para mafiosos arrepentidos.
Información: Agencia AFP