Matemático encuentra un anillo romano de oro de hace 2.000 años en su jardín
Su esposa le había prohibido usar su detector de metales detrás de la casa, donde cuidaba sus plantas, pero la curiosidad del hombre tuvo una impresionante recompensa.
Un verdadero tesoro perdido. Mike Burke, profesor de matemáticas en la Penwith College (Reino Unido), encontró un anillo de huecograbado hecho de oro que pesa casi 12,8 gramos y cuya característica más llamativa es la imagen de Ceres —diosa romana de la agricultura— tallada en una piedra preciosa de calcedonia, del grupo de minerales del cuarzo.
Por suerte, su esposa, Julie, le regalo por Navidad un detector de metales Garrett Ace Apex. Esta idea surgió a raíz del fanatismo de Burke por una serie de comedia británica llamada The detectorists, emitida desde octubre de 2014. Así, el docente, quien había permanecido 20 años en las filas de la milicia de los Estados Unidos, se asumió como un buscador de tesoros.
Se dedicó a recorrer varias zonas de Cornualles, un condado suroccidental de Inglaterra con terrenos pantanosos y playas, para ver si conseguía el éxito, pero solo encontraba objetos de bajo valor. No obstante, no por ello se desanimó; al contrario, de esta forma nació el inocente plan que lo llevaría a su más grandioso descubrimiento.
Él tenía un acuerdo con su esposa, el cual consistía en no usar el detector de metales en el jardín de la casa, pues a ella le encanta cuidar sus flores. Sin embargo, como ya estaban marchitas e iba a replantarlas, Burke aprovechó el momento.
“Dado que nos estábamos preparando para sacar todo pensé que no iba a haber problema con que entrara allí. El mes que viene, cuando empiece a plantar semillas de nuevo, no voy a poder hacerlo, así que es ahora o nunca”, contó el profesor de matemáticas, recordando las palabras exactas.
Al principio, decepcionado, encontró monedas antiguas y chatarra mezcladas con barro. Las luces del aparato tecnológico, de pronto, le indicaron la pauta para cavar. Luego, 25 centímetros hacia abajo, distinguió una “pequeña mancha de oro”. Cuando la retiró, se dio cuenta de que se trataba de un anillo, y no uno cualquiera.
Tuvo que informar su descubrimiento, por ley, a las oficinas del Oficial de Enlace de Hallazgos local. Mientras tanto, unos expertos, a falta de peritajes dentro de los protocolos, opinaron que el anillo data de hace 2.000 años como mínimo y probaría la presencia del Imperio romano en la zona de Cornualles.
“Todavía tengo escalofríos”, le confesó Burke al sitio ITV News. Ahora ya podrá contarle a todos que es un cazador de tesoros con talento.