“Mamá leona” que mató a un violador de su hija, fue perdonada por la justicia
Fue en medio de la noche cuando una llamada telefónica sacó a Nokubonga de la cama.
La joven al otro lado de la línea estaba solo a 500 metros de su casa. Le dijo que tres hombres que todos en la comunidad conocían bien estaban violando a su hija, Siphokazi.
Lo primero que hizo Nokubonga fue llamar a la policía, pero nadie le contestó.
La madre sabía que los agentes tardarían en llegar hasta su pueblo en medio de las colinas de la provincia Cabo Oriental, en Sudáfrica, así que ella era la única persona que podía ayudar a Siphokazi.
«Tenía miedo, pero tuve que ir porque era mi hija», dice Nokubonga.
«Pensaba que, para cuando yo llegara, ella podría estar muerta… Ella conocía a los culpables, y ellos la conocían y sabían que ella los conocía. Podían pensar que tenían que matarla para que ella no los reportara», explica.
«Tenía miedo»
Siphokazi había estado visitando amigas en un grupo de cuatro casas en el mismo pueblo, pero se quedó dormida y sola cuando sus amigas se fueron alrededor de la 01:30 de la madrugada.
Entonces, tres hombres que habían estado bebiendo en una de las casas aledañas entraron y la atacaron.
La choza de Nokubonga tiene dos habitaciones muy escasamente amobladas: una habitación, donde había estado durmiendo, y una cocina, de donde sacó un cuchillo.
«Me lo llevé para mí, para recorrer la distancia que hay entre mi casa y el lugar donde ocurrió el incidente, porque no es seguro», dice.
«Estaba oscuro y tuve que usar la linterna de mi teléfono para iluminar el camino», cuenta.
Cuando se acercó a la casa escuchó los gritos de su hija. Al entrar en la habitación, la luz de su celular le permitió ver la espantosa escena de la joven siendo violada.
«Tenía miedo… me paré en la puerta y les pregunté qué estaban haciendo. Cuando me vieron, vinieron hacia mí, y ahí fue cuando pensé que tenía que defenderme, fue una reacción automática», dice Nokubonga.
La mujer se niega a entrar en detalles de lo que ocurrió después.