¡Un aplauso! Conozca la historia de superación de la hija de Lynda Díaz
Aún lucha contra una extraña enfermedad pero espera que se dé un milagro.
Sin duda alguna la expresentadora de 7 Estrellas, Lynda Díaz, es bastante conocida en el país, pero algo que pocos sabían es que una de sus hijas lucha contra un extraño cáncer.
Su nombre es Nicole Roper, y cada día que pasa mantiene la fe que se le dé el milagro de que esta enfermedad se desaparezca de su vida.
Roper sufre de un cáncer gástrico endocervical adenocarcinoma, esta enfermedad la padecen pocas mujeres alrededor del mundo.
En marzo del año 2020 dicha luchadora fue diagnosticada, desde esa fecha ha pasado nueve meses internada, pero algunos días se va a su casa para estar con su familia.
El periódico La Teja conversó con la vecina de Forth Worth, en Texas. En primera instancia explicó su padecimiento.
“Cuando me encontraron el cáncer, en marzo del año pasado, ya estaba en etapa 4 y se veía en el cérvix. A mí me lo diagnosticaron a los 25 años y es un cáncer que le da a mujeres muy mayores o de mi edad. He buscado mucho en Google y hay poca información porque es muy nuevo, incluso la doctora que me atiende, que es la mejor que hay aquí, nunca había visto un caso”, señaló.
Además, aseveró que es difícil pasar momentos con sus familiares, ya que, por la situación actual del covid su hija no la podía visitar en el hospital. Y, rescató que su esposo ha sido pieza fundamental en este proceso.
“Con mi hija ha sido muy difícil porque por el covid y todas las restricciones, ella no podía visitarme en el hospital, pasé en total nueve meses y medio lejos de ella y eso a cualquier papá le rompe el alma. Mi esposo se responsabilizó al cien por ciento de ella, con la ayuda de mi suegra, de mi mamá y de mi hermana. Yo quería estar segura que a ella no le faltara amor y así ha sido”, dijo para la Teja.
Por otro lado, mencionó que mejoró su relación con Dios, al mismo tiempo se concentra en ser una mujer positiva.
“Mejor de lo que me he sentido en toda mi vida, me he dedicado mucho a conectarme con Dios, a leer la Biblia, a hacer estudios bíblicos e investigar sobre muchas mujeres que han tenido diagnósticos como los míos. He decidido vivir la experiencia para bien, para ser optimista, mi personalidad se ha transformado y eso se lo agradezco a Dios porque es muy fácil hundirse en un vaso de agua, yo decidí seguir adelante, ser positiva y darle lo mejor a mi familia y a mí misma, claro que hay momentos duros por todo el dolor y el tiempo que he pasado sola, pero son más altos que bajos”.
Por último, destacó que ella espera que se le dé el milagro de sobre pasar la enfermedad de manera exitosa. También, siente que va por buen camino porque en su momentos los doctores le dieron horas de vida.
“Yo creo que ya soy ese milagro, los doctores hablaron en algún momento de cuántas horas de vida me quedaban, ya me había despedido de mi hija, había hablado con mi esposo de las cosas que quería que hiciera cuando yo no estuviera, mi mamá y mi familia había viajado porque yo estaba en cuidados intensivos y salí adelante. Los doctores me dicen que soy un milagro, siempre fui optimista y con fe en Dios de que voy a mejorar y no ir para atrás”, comentó para el periódico La Teja.