Estudio afirma que la Tierra podría estar atrapada en un gigantesco túnel magnético
La nueva investigación sugiere que la Tierra podría estar viajando a través de un túnel altamente magnetizado en el espacio.
Una astrónoma ha descubierto que nuestro planeta, junto con el resto del sistema solar y algunas estrellas cercanas, puede estar rodeado por lo que ella describe como un gigantesco túnel magnético, aunque aún no saben exactamente por qué y cómo.
Jennifer West, astrónoma del Instituto Dunlap de Astronomía y Astrofísica de la Universidad de Toronto, hizo la propuesta después de que una investigación sobre el Espolón Polar Norte y la Región del Abanico, en lados opuestos del cielo –y hasta ahora se consideraban separadas–, apuntara a que ambas estructuras podrían estar conectados por un vasto sistema de filamentos magnetizados; estos formarían una estructura parecida a un túnel que rodea el sistema solar, y muchas estrellas cercanas.
Dunlap Institute astronomer Dr. Jennifer West has discovered that the Earth may be surrounded by what she describes as a magnetic tunnel.
The tunnel can be seen in radio waves.
Read more about this fascinating work, here: https://t.co/OaeOUDnCwj pic.twitter.com/Od3T5dhMdi
— Dunlap Institute (@DunlapInstitute) October 14, 2021
«Si miráramos al cielo, veríamos esta estructura en forma de túnel en casi todas las direcciones a las que miráramos, es decir, si tuviéramos ojos que pudieran ver la luz de radio», dijo West en un comunicado, en referencia al Espolón Polar Norte y la Región del Abanico, dos de las estructuras gaseosas más brillantes que emiten radio en nuestro vecindario galáctico.
Primera vez que se relaciona el Espolón Polar Norte y la Región del Abanico
Según West y sus colegas, que publicaron los resultados de los datos de su investigación en el Astrophysical Journal, esta sería la primera vez que astrónomos relacionan ambas estructuras como una unidad. Previamente, los estudios científicos sobre el Espolón Polar Norte y la Región del Abanico, conocidas desde la década de 1960, según West, se habían centrado en ellas individualmente.
Esto se debe a que es muy difícil calcular exactamente la distancia a la que se encuentran; las distancias han oscilado entre cientos y miles de años luz. Según Science Alert.
No obstante, West y sus colegas trazaron la longitud y posición probables de las gigantescas cuerdas al introducir los datos de las observaciones de las ondas de radio en un nuevo modelo informático. Según el comunicado de la Universidad de Toronto, las estructuras tienen forma de largas cuerdas y se encuentran a unos 350 años luz de nosotros. Tienen una longitud de unos 1000 años luz.
West afirma que la inspiración para su modelo surgió cuando era estudiante y vio los filamentos al inspeccionar por primera vez un mapa del cielo radioeléctrico. Años más tarde, le hablaron de un artículo de 1965 que especulaba sobre las extrañas señales de radio.
«Basándose en los escasos datos disponibles en ese momento, los autores (Mathewson y Milne) especularon que estas señales de radio polarizadas podrían surgir de nuestra visión del Brazo Local de la galaxia, desde el interior de esta», dijo West en el comunicado. «Ese artículo me inspiró para desarrollar esta idea y vincular mi modelo a los datos enormemente mejores que nos proporcionan nuestros telescopios hoy en día».
Ver la galaxia en diferente perspectiva
Para explicarlo mejor, West utiliza el mapa de la Tierra como ejemplo, según el comunicado. El polo norte está en la parte superior y el ecuador en el centro, pero, por supuesto, siempre podemos volver a dibujar ese mapa con una perspectiva diferente. Lo mismo ocurre con el mapa de nuestra galaxia.
«La mayoría de los astrónomos miran un mapa con el polo norte de la Galaxia arriba y el centro galáctico en el medio», explica. «Una parte importante que inspiró esta idea fue rehacer ese mapa con un punto diferente en el centro».
Los próximos pasos de los científicos son confirmar sus hallazgos tomando observaciones detalladas de las regiones que simularon, y luego utilizar esas observaciones para refinar su modelo. West espera que, al profundizar en el modelo, pueda mejorar la capacidad de los astrónomos para entender otros filamentos magnéticos detectados alrededor de nuestra galaxia.
«Los campos magnéticos no existen de forma aislada», explica. «Deben conectarse entre sí. Así que un próximo paso es entender mejor cómo este campo magnético local se conecta tanto con el campo magnético galáctico a mayor escala, como con los campos magnéticos a menor escala de nuestro Sol y la Tierra».