Activistas LGBTI protestan con un «besatón» durante visita del papa a Panamá
Dos mujeres, Samirah y Basch, se besan frente a una iglesia en el centro de Ciudad de Panamá. «Existimos», es el mensaje que la comunidad LGBT envió este viernes al papa Francisco durante su visita por la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ).
«Dicen que es irrespetuoso que nos besemos frente a una iglesia. Yo les hago una pregunta: ¿por qué no es irrespetuso cuando lo hacen los heterosexuales? ¿Es que soy una aberración? Nosotros existimos», dijo a la AFP Samirah Armengol, de 39 años, acompañada por su novia Basch Beitia, de 25.
«¡Amor es amor! ¡Amor es amor!», era la consigna que gritaban unos 20 manifestantes en una «besatón» realizada ante la Iglesia del Carmen, inmenso templo católico que se alza en la avenida España, un lugar simbólico para los panameños, pues fue punto neurálgico de las protestas contra el dictador Manuel Noriega en los años 80.
Envuelto con la bandera multicolor del movimiento LGBT, Levis Calderón dijo que la protesta busca «visibilidad» al aprovechar que «los ojos del mundo están acá en Panamá» por la JMJ, el evento masivo que lidera el papa.
«Juntos como comunidad, decimos: Estamos aquí», comentó Calderón, director de teatro de 21 años.
Heterosexuales como Hilka Zapata, quien llevaba una peluca multicolor, se unieron al grupo para apoyarlo.
«Ya vemos que hay más gente que sale del clóset (…) y es muy hermoso ver a estas personas ser realmente como ellas son», dijo Hilka, casada por 24 años y madre de una chica adolescente.
Sin juzgar
Cuando comenzaba su pontificado, en 2013, Francisco dio señales de acercamiento hacia los homosexuales. «Si una persona es gay, busca a Dios y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgarlo?», dijo entonces a periodistas en el avión papal.
Sin embargo, el Vaticano sigue en contra del matrimonio homosexual y la adopción de niños por parejas del mismo sexo.
«Yo creo que el papa está más convencido de nuestra humanidad que sus seguidores, porque ya lo ha dicho», dijo Samirah, quien creció en una familia católica, pero se alejó poco a poco de la religión de Roma. Hoy se declara yoruba, un culto de origen africano.
Francisco también ha dado declaraciones que desataron controversia. El año pasado consideró «una moda» la homosexualidad en comentarios a periodistas develados por la Santa Sede en una nota que posteriormente fue corregida, eliminando el fragmento en el que el papa argentino, de 82 años, se refería al asunto.
Cuando la protesta se desarrollaba entre carteles con mensajes como «la homofobia es pecado» o «Si hay amor, hay familia», un grupo de peregrinos católicos, con banderas de Estados Unidos, pasó a un costado.
Juan José Londoño, un colombiano de 19 años, pidió respeto a la comunidad gay. «Tus creencias no pueden invalidar mis derechos (…) No porque tú estés a dieta, yo no me puedo comer una pizza», expresó a la AFP.
Samirah ha sido víctima de discriminación, cuenta. Ha sido expulsada de centros comerciales o restaurantes por el simple hecho de besar a Basch.
En Panamá, como en muchos países de América Latina, no se han aceptado aún las demandas de derechos civiles del movimiento LGBT, como el matrimonio entre parejas del mismo sexo.
Fuente: AFP