Hombre presenta recurso de amparo por bulla excesiva de perro que no lo deja dormir
Al final el perro ganó la denuncia y continuará ladrando a sus anchas.
Cansado de no poder dormir en las noches por los constantes ladridos del perro del vecino, un ciudadano de Tobosi en El Guarco de Cartago interpuso un recurso de amparo para ver si los magistrados lo podían ayudar a descansar como se debe, pero el can continuará ladrando a sus anchas.
El afectado, cuyo nombre no trascendió, presentó el recurso el 19 de enero anterior informó diario La Teja.
El hombre indicó que el 20 de enero del 2020 presentó una denuncia ante el Servicio Nacional de Salud Animal (Senasa), para que le ayudaran con la desgastante situación que le hizo perder la paz porque ni él ni sus familiares podían conciliar el sueño por los ladridos del can que parecían tener su mayor apogeo de 10 p.m. a 3 a.m.
Al final la denuncia no quedó en nada y el perrito sigue con su concierto de ladridos.
El cartaginés explica en el documento que tanto él como sus familiares hasta tuvieron que cambiarse de cuartos porque el ruido del animalito era insoportable.
Los magistrados de la Sala Constitucional llamaron a cuentas a Germán Rojas, director de Senasa. Él les aseguró que se desplazaron hasta el lugar del problema, tocaron la puerta en la casa en la que aparentemente estaba el perro, pero que nadie salió.
Además, indicaron que la dirección que les habían dado era confusa, así que esa visita no dio frutos.
El 30 de junio del 2020, el afectado por la bulla del can presentó otra denuncia, esa vez sí detalló la dirección.
Los funcionarios de Senasa regresaron al sitio y confirmaron que en la casa había un perro. Realizaron la respectiva revisión y constataron que el perro se desplazaba en un patio grande, contaba con buena alimentación, que su condición física era buena y que tenía todas las vacunas y desparasitaciones al día.
El ladrador no se veía agresivo y la propiedad estaba cercada por muros de block, así que no había riesgo de que se escapara.
El dueño del can le explicó a los colaboradores de Senasa que el perro ladraba siempre que llegaban los gatos a la tapia.
Como los funcionarios vieron que el perro estaba en buenas condiciones cerraron y archivaron la denuncia. Pero no le notificaron al afectado por los ladridos.
El 26 de enero de este año, los trabajadores de Senasa volvieron a visitar la casa del perro y constataron que todo estaba bien y aseguraron que no pueden hacer nada al respecto.
El 12 de marzo anterior, los magistrados de la Sala Constitucional declararon parcialmente con lugar el recurso de amparo, le dieron la razón al afectado por los ladridos porque nunca recibió una respuesta por parte de Senasa, pero también aclararon que la entidad llegó hasta donde sus competencias le permitieron.
Así que el can seguirá con su concierto de ladridos.