Emigrante costarricense sufre ataque de odio en Los Ángeles, California
El incidente se originó por un vehículo marca Maserati biturbo, año 1988 propiedad del tico.
Los nervios y el temor se han apoderado de Minor Bravo, un tico que vive en los Ángeles, California, Estados Unidos luego de ser víctima de un joven asiático que lo agredió mientras reparaba su vehículo en el vecindario Mid-City la mañana del 1° de enero.
“Hubiera sido peor”, aseguró el costarricense de 56 años al mostrar la sutura en su labio superior y su dentadura lastimada a raíz del ataque que él califica de odio.
Bravo, tenía un par de horas de estar tratando de encender su auto, cuando un joven de aproximadamente 29 años apareció y le propinó un puñetazo en la boca sin justificación.
“Este señor llegó por mi espalda y me dijo algo, yo volví la cabeza para ver y me recibió con un golpe en la boca”, declaró Bravo al reconocido medio Los Ángeles Times sobre el puñetazo que le partió el labio, le arrancó un diente, le quebró otro y dejó flojos tres dientes más.
“No quedó satisfecho con eso, sino que sacó un desarmador de la bolsa del pantalón o la chamarra”, agregó Bravo quien tiene ocho años de vivir en Mid-City.
El costarricense, contó que mientras su boca sangraba el agresor lo amenazaba con un desarmador.
Bravo, trabaja como mecánico desde hace 30 años. Hace un tiempo un amigo le regaló un vehículo marca Maserati biturbo, año 1988, color rojo. Este es el carro que estaba reparando cuando fue atacado y por el que el agresor justificó su acto violento.
El tico le preguntó al agresor: “¿Por qué me haces esto? ¿qué está pasando?”.
“Es que tu no puedes tener un Maserati, no puedes estar arreglando un Maserati aquí. No, es que además de tener ese carro, tu has traído problemas”, le contestó el atacante, insistiendo en tres ocasiones en la marca del vehículo.
El enfrentamiento duró aproximadamente cinco minutos, tiempo en el que el tico pudo ver cierto odio en el joven asiático.
“Noté una mirada en él de mucho odio, como de racismo”, recordó Bravo, algo que relaciona con la agresión sin una causa válida.
El mecánico, trató de ganar tiempo con preguntas, el agresor al ver que los vecinos salieron de sus casas, retrocedió un poco. En ese momento, el costarricense llamó a su hijo, quien se encontraba a unos 50 metros de distancia.
Al llegar el hijo de Bravo, el atacante salió huyendo. El hijo del costarricense persiguió al asiático hasta un edificio donde el agresor se escondió. La policía se presentó en el lugar para capturar al atacante.
Después de estar por varias horas en el hospital, Bravo salió con unas puntadas en su labio y ahora debe buscar un dentista para que le arregle las piezas lastimadas por eso varios vecinos del tico crearon una cuenta en el portal GoFundMe para cubrir los gastos, mientras deja de trabajar a causa del percance.
Bravo, pidió una orden de restricción en contra de su agresor ante una corte local. La cual está en proceso todavía.
El ataque hizo que el costarricense perdiera la paz, ahora siente miedo hasta de sacar a caminar a sus perros: “Quedé nervioso, por ahora siento un poco de temor”, indicó Bravo.
El costarricense, asegura que si su hijo no llega, a lo mejor no estuviera contando su historia: “Pienso que lo que hizo este señor fue un acto de racismo, hubiera sido peor, quizá no estuviera vivo, porque me amenazaba con el desarmador”, concluyó Bravo.
Los ataques de odio no son algo nuevo en Estados Unidos, aunque algunos expertos aseguran que recientemente ha tomado más notoriedad y fuerza con los mensajes que emanan desde la Casa Blanca.
*Con información de Los Ángeles Times.