“A su bebé no se le formó el cráneo”: el relato de una valiente madre
La mujer se resistió a la idea de un aborto y decidió continuar con un embarazo inviable.
Una valiente madre tenía siete semanas de embarazo cuando su vida dio un vuelco durante una ecografía: “No se le puede medir la cabecita al bebé porque no se le formó el cráneo y ya no se le va formar”, le dijo la doctora a cargo de la cita.
Ella, a pesar del profundo dolor que le significó la noticia se resistió a la idea de abortar a su pequeño y prefirió seguir con la gestación hasta su término natural.
Esta ejemplar madre tuvo en su vientre a un bebé que crecía en su cuerpo, que se movía pero que estaba destinado a morir al nacer.
La valiente mujer, decidió compartir su testimonio con la página Ángeles de Costa Rica, prefirió no ser identificada, pero quiso contar la historia de su pequeño Jayden. Este es su relato.
“¡Hola! Yo quiero contar mi historia. Hace un mes y 15 días me convertí en mamita de un ángel llamado Jayden. Jayden vino a cambiar mi vida, la de mi esposo y la de nuestras familias. En febrero de este «bendito» 2020 llegó la noticia más esperada por todos, vendría un bebé a la familia, con mucha ilusión lo esperábamos, dos semanas luego de la noticia me hago la primera ecografía y al parecer todo marchaba bien, mi frijolito estaba dentro del saquito formándose, cada día crecía más y más”, escribió la mujer.
“Siete semanas más tarde muy entusiasmados papá y yo vamos a nuestra segunda ecografía (le hablábamos mucho y le pedíamos que se dejara ver para saber el sexo) empiezan por los piecitos, todo marchaba bien, nos dicen que será un niño y papá como loco de la felicidad, cuando de repente todo empieza a cambiar al llegar a la cabecita. La doctora nos dice que no le puede medir la cabecita porque no se le formo el cráneo y que ya no se le iba a formar. Esa sensación de que te agarran y te lanzan al vacío, nos quedamos fríos y salimos llorando de la clínica pidiéndole a Dios que en la próxima cita todo fuera diferente y que nos dijeran que nuestro bebé iba a estar bien. Fueron noches largas llorando y preguntándole a Dios que por qué a nosotros, que somos personas buenas que «según » nosotros no lo merecíamos, pero Dios sabía porque lo estaba haciendo”, agregó.
“En nuestra siguiente cita el doctor nos dice que efectivamente al bebé no se le formo el cráneo y que gracias a eso su cerebro tampoco crecería con normalidad, que con mucho dolor nos informaba que nuestro bebé podía morir pronto en mi vientre o que duraría los nueve meses de gestación pero que al nacer moriría”, indicó.
“Nuestro camino no fue fácil, sin embargo, Dios me permitió llegar a término de mi embarazo donde disfruté hasta donde pude, con altos y bajos pero agarrados de Dios. Jayden se movía, se ponía saltarín cuando su abuelita y su papá le hablaban”, narró la valiente madre.
“Llega el momento más difícil, la inducción del parto. Cinco días en el hospital donde se escuchaba Covid para arriba y Covid para abajo. Donde un día me decían que era cesárea, otro me decían que era parto natural, donde escuchaba cada vez que cambiaban de turno decir «ella es una mamá con un bebé incompatible con la vida», donde escuchaba llantos de bebitos que venían naciendo y yo hecha un puño llorando junto a mi esposo en un cuarto de ese hospital”, añadió
“Llega el día del nacimiento de mi bebé, y puedo decir que nunca en mi vida había sentido tanta paz cuando lo pusieron en mi pecho, y vi esos ojotes tan hermosos, para mí era el bebé más hermoso del mundo, una hora después Dios decidió pedírmelo, y con el alma en mil pedazos se lo entregué y le agradecí por darme el privilegio de ser mamá de un ángel, un amor que no se puede comparar con nada en el mundo”, finalizó.